En 1932 Fernando de la Quadra Salcedo escribió esta semblanza de María Díaz de Haro que El Cofre del bilbaino publicó en 1963 en el libro cuya portada reproducimos abajo. El texto no sólo tiene interés por lo que nos cuenta de aquella Señora de Vizcaya, sino como documento de época. En sus memorias, Mi medio siglo se confiesa a medias, César González-Ruano describe la tertulia del desaparecido café Lyon d'Or que se reunía en los últimos años veinte del pasado siglo.
De Fernando de la Quadra dice lo siguiente:
Como pintoresco se llevaba la palma
Fernando de la Quadra Salcedo, que se decía perteneciente al trono de
Navarra y luego al de Andorra, proponiendo a su pariente el barón de
Beorlegui, hijo del marqués de Vadillo, para el trono de Albania.
Fernando llegó a formar un gobierno con
amigos suyos y acuñó unas cuantas monedas de peseta con su efigie y el
nombre de Ordoño no sé cuantos. Se decía descendiente de Iñigo Arista.
En realidad se llamaba Fernando Salcedo Arrieta-Mascarúa y Reinoso. Su
padre, don Tomás Salcedo, viejo muy simpático, montó en Madrid el café
Spiedum, en la calle de Alcalá, entre el teatro Apolo y el café La
Elipa. Fue un café elegante, que, sin embargo, no dio resultado. De
Quadra Salcedo se podían contar centenares de anécdotas divertidísimas,
pero que quizá no vinieran aquí muy a pelo. Quadra Salcedo rehabilitó
luego el marquesado de Castillejos.
Esta parte de las memorias, lo referente a la tertulia del Lyon d'Or de Bilbao, puede leerse en algunos sitios de la red, entre ellos el blog de Iñaki Anasagasti que lo reproduce con el título Vascos que conocí.