miércoles, 11 de septiembre de 2013

La Catedral (Estadio de San Mamés)


Hoy es 11 de septiembre, buen día para volver. Esta Luna de Bilbao ha estado de vacaciones. Pero regresa con una vieja foto del Estadio de San Mamés, una foto de hace cien años. Durante este verano, el Estadio de San Mamés ha hecho dos cosas: irse y regresar prácticamente al mismo tiempo, y eso al mismo tiempo que se celebraba su primer centenario, sus cien años de existencia.
Durante este verano de 2013, el estadio de San Mamés ha caído bajo la piqueta, y a su lado iba apareciendo un estadio nuevo, en una de esas asombrosas metamorfósis de la geografía urbana que a otros les parecerán normales pero a mi me parecen cosa de vértigo. Que de pronto, es decir, en unos días o en unas semanas, desaparezca un objeto tremendo por su tamaño, hecho para contener gente, y a su lado aparezca otro mayor aún, hecho para contener más gente todavía, me produce el mismo estupor que tuvo que producir en el siglo I la construcción del Coliseo en Roma. Además, me asombra que la realidad de pronto se transmute, el espacio se reorganize, un pedazo de ciudad se convierta en algo distinto de lo que fue. Grandes piezas cambian de lugar y las piezas que quedan de antes juegan un papel nuevo en el conjunto.
Y qué es esto, pensará alguien después de haber visto un aparatoso documental sobre la construcción de Dubai en Discovery Channel. Y qué es esto sino rutina, trabajo diario, nada. Lo fabuloso se ha convertido en rutina, es verdad. Por todo el mundo se levantan cada dia edificios y se tiran abajo otros edificios, a base de piqueta, voladura controlada o bombas teledirigidas. Es como si se construyeran cada día las pirámides de Egipto y, de vez en cuando, se saqueara la Biblioteca de Alejandría. Objetos, grandes objetos para vivir, para jugar, para morir, casas y cosas, rascacielos que son obras de arquitectura y de ingeniería, que están vivos, que son ciudades verticales, entran en la existencia a cada rato. Todo esto es muy raro y muy desproporcionado. Bilbao, desde que entró en su fase de renovación y reconversión a finales del siglo XX, nos ha traído a la vida cotidiana de los bilbainos este espectáculo que forma parte de la vida cotidiana del planeta globalizado, de las ciudades globalizadas. Hay una nueva ciudad en lo que fueron riberas industriales y este verano de 2013, exactamente a un siglo de distancia de la inauguración del viejo campo de San Mamés, el estadio ha desaparecido, pero no ha desaparecido; es que se ha convertido en otro, un enorme anfiteatro que nos ha enseñado sus costillas de hormigón, su hermosa estructura hecha para sostener y repartir el peso de toda la materia que lo forma y de la materia que se irá añadiendo. Todo muy raro, ya digo, muy desproporcionado, enorme y absurdo como el juego, como el juego del fútbol, como el azar, como la vida humana.

 
Sin embargo, el estadio que se ha ido no es de la foto. El de la foto ya se fue hace tiempo, aunque estuviera en el mismo lugar, porque desde que se inauguró en 1913 sufrió muchas modificaciones y el aspecto que todos conocíamos es producto de la década de los 50, cuando, entre otras cosas, se construyó el famoso arco. El campo de la foto es el primero que hubo en estos terrenos, entonces sin urbanizar. Estaba en las afueras, junto al asilo de San Mamés, del que recibió el nombre. Ahí se le ve rodeado de huertas, huertas típicas del país con sus lechugas y sus vainas y sus pimientos y sus tomates. La foto pertenece al libro Nuestro Bilbao de Antaño, de Germán Elorza Arrieta, publicado en Bilbao en 1981 por la editorial Laiz.



He mirado por todo el libro, no he encontrado ni copyright ni advertencia de que no se reproduzca nada de su contenido, así que he decidido disponer de la foto para ofrecérsela a los lectores de este blog. No creo que a Germán Elorza le importara. En todo caso, la foto no es suya, pues Germán Elorza tendría como cinco años cuando se tomó, si es que se tomó en 1915. Pertenece a un grupo de imagenes antiguas, de finales del siglo XIX y principios del XX que se publicaron en el libro junto a las del propio Elorza, el fotógrafo que construyó con su cámara la mejor crónica gráfica de Bizkaia entre 1932 y 1974. es obra de Germán Elorza la foto a la que pertenece este detalle o fragmento que reproducimos a continuación. Parece el detalle de un cuadro clásico en el que sacaran a un héroe herido del campo de batalla. En el centro de la composición está Telmo Zarraonaindia, el mítico Zarra,  el día en que se lesionó jugando contra el Atlético de Madrid. Es decir, estamos viendo una imagen del 25 de noviembre de 1951. Ya digo; todo muy raro.


sábado, 22 de junio de 2013

Tiempo Muerto. Booktrailer


Un video del artista Pablo Gallo, que actualmente vive y trabaja en Bilbao, sobre el libro Tiempo Muerto, en el que ha colaborado con el poeta bilbaino José Fernández de la Sota

martes, 21 de mayo de 2013

Javier de Bengoechea: A Bilbao















A Bilbao

Llevo a Bilbao en mi devocionario.
El colegio, las santas vacaciones,
primer amor, el fútbol. Oraciones
que rezaba aquel niño solitario.

Hoy somos un perpetuo aniversario.
Míticas, afiladas sinrazones
se disparan en todas direcciones
y se llena de sangre el calendario.

En un país quimérico y guerrero
hay un Bilbao pacífico, casero
del que desciendo yo. Como él abundo

en cielos bajos y crepusculares.
Que al llegar la hora de las pleamares
zarpen tus barcos hacia todo el mundo.

Javier de Bengoechea.
Nació en Bilbao en 1919. Murió en Getxo en 2009.

martes, 30 de abril de 2013

José Fernández de la Sota: Uribarri / Indautxu / Ingenieros

Urribarri / Indautxu / Ingenieros

Trolebús en Bilbao

Era el número cinco el de mi alma.
En el número cinco regresamos
mi madre y yo subidos en el rojo
trolebús londinense– a nuestra casa.
Lo mismo que en un sueño recordado
nos acompaña el hormigueo eléctrico
de los cables tendidos y es mi sangre
intermitente y roja, corno el rojo
trolebús que atraviesa la ciudad en otoño.
Yo en el piso de arriba con mi madre,
juventud que se aleja, y yo temiendo
su desaparición, yo echando cuentas
dentro del cinco, yo multiplicando,
yo sumando y restando y dividiendo
para saber la duración del viaje
mientras rozan las ramas de los tilos
las altas ventanillas clausuradas
y extravían sus hojas en el rojo
número cinco que recorre lenta,
intermitentemente la ciudad
como un cuerpo obligado y conocido,
de Uríbarri a Ingenieros. Hace poco
que sé multiplicar, pero me cuesta
horrores dividir, sumar me asusta
cada vez más. El tiempo pasa, el cinco
sigue siguiendo y yo multiplicando,
dividiendo, rezando, prometiendo
contra su pecho aún firme cualquier cosa
que me duela muchísimo. En mis manos
de siete años cumplidos el temor
recién nacido aquel otoño. Alzado
por el amor al cinco, echando cuentas
dentro del cinco, yo multiplicando,
yo sumando y restando y dividiendo
para saber la duración del viaje
que aquel otoño estaba comenzando.

 Del libro Travesía de Bilbao



miércoles, 27 de marzo de 2013

Celebrando que Mark Lanegan vendrá a Bilbao

Un enlace
La noticia en El País

Una traducción: Field Song translated into Spanish

Mark Lanegan Field Song

Let's walk down to the water
There's hyacinth in bloom
I spend my days lovin' you
I left these fields
because I never knew
To be a horse, to be a train
I wouldn't have the heart
And next to the tracks
You find an apple cart
Maybe we'll stay at home
And be together
No more to move alone
Together, no more to move alone
See the water, it's mixed with light
For you, I've been shaken
Regarding the fields
Humbly mistaken


Vayamos hasta el agua
los jacintos han florecido
paso los días amándote
dejé estos campos porque no supe
ser un caballo, ser un tren
no hubiera tenido corazón bastante
y junto a las vías
encuentras un carro de manzanas
tal vez nos quedemos en casa
juntos los dos
sin que haga falta viajar en soledad
estar juntos, sin tener que viajar en soledad,
mira el agua, está mezclada con luz
por ti, he sentido la sacudida
con respecto a los campos
humildemente equivocado





viernes, 22 de marzo de 2013

Bilbao BBK Live 2013: viene Mark Lanegan


Ya es público el cartel con el programa oficial del Festival BBK Live.
El logo de abajo contiene un enlace.
Haz clic en él y te llevará a la página oficial.

Buenos grupos para diferentes gustos. Pero un solo acontecimiento importante: Mark Lanegan. Lanegan va camino de ser uno de los grandes si consigue mantenerse sobrio el tiempo suficiente.

Para celebrar que estará en Bilbao con su banda el próximo mes de julio traduzco la letra de una de sus canciones.




Mark Lanegan

deep black vanishing train

yellow moon keep hanging there
and don’t you ever come down
tattered newspaper pages
are scattered across the ground


lost on a violent sea
gone for endless days
i have tried to free myself
but it’s been hard to break away


so long light, you’re bound to fall
now isn’t that a shame
casting shadows on the wall
too late to learn another game


transfixed by what isn’t seen
and what will never change
the times i’ve tried to free myself
it’s been hard to look away


it’s a deep black vanishing train
upon a very long track
standing on a sidewalk in the rain
hands behind my back


lost on a violent sea
day on endless day
i have finally freed myself
but it’s been hard to break away




Hondo tren negro que se desvanece


luna amarilla quédate ahí colgada
no bajes nunca
papeles de periódico hechos trizas
están tirados por todo el suelo


perdido en un mar violento
ido durante días inacabables
he tratado de liberarme
pero ha sido duro escapar


adios luz, estás obligada a caer,
¿no es una pena?
arrojando sombras en la pared,
demasiado tarde para aprender otro juego


paralizado por lo que no se ve
y por lo que nunca va a cambiar,
siempre que he intentado liberarme
ha sido dificil apartar la vista

es un hondo tren negro que se desvanece
sobre una vía muy larga
yo estoy en una acera bajo la lluvia
con las manos a la espalda


perdido en un mar violento
día sobre día interminable
me he liberado por fin
pero ha sido duro escapar