martes, 3 de febrero de 2015

Encuentro una cara en la acera


La garrafa de no se sabe qué no está contenta de verse en la acera, bajo la lluvia, una mañana de invierno, con la silla coja y los pedacitos de materiales que tuvieron alguna utilidad en la tienda de bricolaje. La garrafa es la cara triste del invierno en el borde de las aceras, un invierno urbano de cosas que se van, de seres deshechados. A la garrafa no le importa que la fotografíen, pero al pobre que duerme en un vano dos calles más allá no creo que le guste.