Oxfam International creció desde la semilla del comité de Oxford de ayuda contra el hambre de 1942 hasta convertirse en una confederación de ONGs de 15 países, y el pasado mes de junio ha lanzado una nueva campaña con un lema: CRECE. Un lema que nos llama a estar a la altura de las grandes cosas que nos afectan. Ya no somos habitantes del siglo XX, pero nos cuesta ver con claridad los rasgos del siglo XXI porque son los rasgos de un gigante que abarca todo el globo y es difícil darse cuenta de que estamos en eso que se llama “la era antropocénica”, cuando nuestra actividad como especie puede cambiar las condiciones de la vida y la forma en que el planeta mismo funciona.
Ya somos tan influyentes, o casi, como los organismos microscópicos que están continuamente produciendo miles de reacciones químicas a nuestro alrededor. La diferencia es que ellos están manteniendo la estabilidad de nuestro mundo mientras nosotros tenemos una enconada tendencia a desestabilizarlo.
Hemos crecido mucho en cantidad. Seguimos creciendo. Pronto seremos 9.000 millones y el lema Crece podría parecer poco adecuado para encarar semejante reto. Pero Oxfam International no es una organización que anime a un drástico control de natalidad. No es lo suyo. Su campaña “Crece”, sin embargo, nos anima a crecer en conciencia, a cultivar la tierra y el futuro de forma que sea posible alimentar a una población en aumento, y se acompaña del informe “Crece” en el que se explican cosas fundamentales para entender este mundo donde los precios de los alimentos básicos podrían duplicarse en los próximos veinte años, más por la especulación que por la escasez..
Leo en el informe “Crece” la frase que sigue: “Actualmente, casi mil millones de personas se van a dormir con hambre, no porque no haya suficientes alimentos, sino por la profunda injusticia del sistema y porque muchas de nuestras formas de entender el progreso (...) destruyen los recursos naturales de los que dependemos”. Sí, es difícil entender que unas mismas cosas afecten cada vez a más millones de individuos y nos vamos tranquilos a la cama pensando que el hambre de los demás no se nota y que está lejos.
Según la última Encuesta de pobreza y desigualdades sociales del Gobierno Vasco, en 23.600 hogares de la comunidad autónoma de Euskadi viven familias que no disponen de suficiente comida, carecen de ropa adecuada o de calefacción en invierno.
Con todo, la tasa de pobreza “real” de Euskadi (un 3,2% ) es bastante inferior a la media de la UE (5%) y a la media española (8%).
Los sociólogos llaman “pobreza real” a la suma de la “pobreza de mantenimiento”, que es no tener cubiertas las necesidades básicas, y de la “pobreza de acumulación”, que consiste en no disponer de ahorros o de una vivienda.
La crisis económica ha hecho que en los últimos dos años haya aumentado en más del 50% el número de personas que acuden a los comedores sociales en España
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The Dawn of a New Epoch
Antropoceno por Ramón TAMAMESAntropoceno (Wikipedia)
