viernes, 11 de marzo de 2011

Mar de gente

La Humanidad es el tercer mar de la Tierra; el segundo (el primero tal vez) es la atmósfera, ese mar liviano que no para, esa esfera invisible que se agita y resplandece. Hay tres espectáculos naturales que superan al cine: el cielo, el fuego y el mar. Todos se agitan y resplandecen; sólo la Humanidad se agita y no resplandece. Pobre Humanidad. No lo escribo con mayúscula por espíritu épico, sino por distinguirlo de la otra acepción del término, la que significa “naturaleza humana”. La especie nuestra, extendida sobre el planeta como una capa de bacterias o un extraño sueño del universo –somos la mar de gente–, es opaca, pero fascinante.