domingo, 11 de marzo de 2012

Cierra La Casa del Libro de Colón de Larreátegui


Primero cayó Herriak, la mítica librería bilbaina en cuya fundación participaron José Luis Merino, que venía de la Galería Grises, y Emiliano Serna, nuestro peculiar anarquista bilbaino. Cayó hace unos años. Ahora La Casa del Libro de la calle Colón de Larreátegui ha echado la persiana y sólo la abre para dejar salir mercancía hacia la otra Casa del Libro, la de la Alameda de Urquijo. Desde que abrió ésta, en las cercanías del Corte Inglés y de la FNAC, la Casa del Libro de Colón estuvo amenazada. Se veía venir. Eran mucho dos Casas del Libro para Bilbao. Pero la crisis le ha dado la puntilla o ha sido la excusa perfecta. Físicamente, si Herriak era vanguardista y funcional (también pretendía ser una referencia de vanguardia en cuanto a sus contenidos) esta Casa del Libro de Colón de Larreátegui era la librería más bonita de Bilbao, dentro de un modelo clásico. Estaba (está) organizada como una biblioteca, con su moqueta y sus estantes de madera barnizada y su escalera central de madera que llevaba a una planta alta de techo bajo, extendida hacia el frente del local por dos pasillos laterales en forma de miradores abiertos a la planta baja. Además, se encontraba (se encuentra aún) en un edificio de tipo modernista en el que se integraba perfectamente.





Durante esta pasada semana, la librería La Casa del Libro de Colón de Larreátegui, en Bilbao, presentaba este aspecto.























sábado, 10 de marzo de 2012

Alhóndiga Bilbao, fachadas de Iparraguirre y Fernández del Campo






Es uno de los peores días del invierno, pero por eso mismo hay que salir a buscar la luz pálida, las fachadas cenicientas, el cielo vacío. No estarán ahí cuando llegue el buen tiempo. Tampoco esa nieve fina que en las fotos se confunde con agua y que se vuelve agua muy rápidamente en el suelo.

La Alhóndiga tiene un aspecto imponente entre la niebla. Bastida concibió un gran edificio que luego ha servido para que Philippe Starck organice el espacio que es hoy el centro AlhóndigaBilbao. Bastida concibió un edificio que no estaba condenado a servir únicamente a su primera función cuando ésta ya dejara de tener interés. Por eso las ventanas de la Alhóndiga tienen hoy este fulgor rojo en medio de la oscuridad: es el sol virtual de su interior, de la gran pantalla interior donde también se ofrece información al visitante. Es el corazón rojo de la Alhóndiga.

En las décadas 50 y 60, cuando este edificio aún funcionaba como almacén de vinos, yo creo que los bilbainos lo apreciaban más bien poco. Como si el olor y la función lo degradaran, a pesar de la afición al chiquiteo y al tinto riojano que entonces como hoy impregnaban  la villa. Bilbao era una ciudad fea y el centro de la ciudad no había avanzado aún lo suficiente sobre estas calles. El centro de la ciudad no tenía el tamaño del centro de hoy, no había avanzado aún sobre estas zonas más bien periféricas agregándolas a su núcleo. La Alameda de Rekalde se alejaba hacia áreas de servicios y suburbanas que empezaban aquí, donde terminaba el Ensanche.

En los años 70 Bilbao era una ciudad más fea todavía y el centro se había extendido lo suficiente como para que la actividad de la alhóndiga municipal se trasladara a Rekalde, a las nuevas afueras. La Alhóndiga de Bastida quedó abandonada. Los bilbainos seguían apreciándola más bien poco. Corrían rumores sobre su inminente derribo. Pero este no llegó. Tal vez los tiempos de cambio y la crisis del petróleo contribuyeron a salvar la Alhóndiga. Y, por supuesto, el Colegio de Arquitectos Vasco Navarro, que consiguió que se declarara bien de interés cultural.

En los años 80, en pleno proceso de desindustrialización, José María Gorordo llegó a la Alcaldía de Bilbao. Y empezó a pensar en proyectos culturales que aportaran a Bilbao lo que ya no podían aportar los Altos Hornos. A finales de esa década tuvo lugar un episodio muy importante en la historia cultural de la villa: la polémica en torno al proyecto de Oteiza y Saenz de Oiza para la Alhóndiga. Volvió a hablarse de derribar enteramente el edificio, pero en estas fechas la ciudad era más consciente de su patrimonio histórico y las fachadas estaban ya protegidas por un decreto del Gobierno Vasco. Hubo un proceso complejo de estudios, propuestas y contrapuestas, oposición de unos y de otros. Un proceso en el que intervinieron diversas fuerzas políticas y ciudadanas.

En todo caso, el proyecto de Oteiza y del arquitecto Saénz de Oiza (el otro arquitecto, Fullaondo, se retiró del mismo) hubiera supuesto el derribo del interior del edificio de Bastida y la construcción de una gran plaza acristalada. Trascendió a a la opinión pública la idea del “cubo de Oteiza”, que muchos consideraban desmesurado. Como sabemos, su importancia, la del cubo de Oteiza, es la de la idea, la posibilidad, la alternativa que no fue. Representa un momento de inflexión y de pugna en la evolución de la ciudad. Es la importancia de lo que, al frustrarse, dejó paso a otros proyectos y a otra idea de Bilbao. Es el símbolo de las contradicciones y los azares y la cara oculta de lo que hoy existe. La cara oculta de todo cuanto existe es lo que pudo ser. Todo eso está también en el interior de la Alhóndiga en este día oscuro de invierno.

Bilbao era una ciudad fea. No sé si nos habremos pasado adornándola.

Bilbao es una ciudad fea, lo digo como algo positivo y práctico, fea, gris, desnuda, triste, no artística; lo digo contra lo negativo y falso de las ciudades que se adornan. Es una ciudad en tradición vasca, el vasco no adorna.
Pienso la ciudad que se abre por fuera, sobria, funcional, no artística, gris y que la ciudad por dentro, su arquitectura por dentro, blanca, espiritual, investigación, museos, formación estética del ciudadano.
Que lo artístico no se interponga entre la arquitectura y el ciudadano, entre la ciudad y la Naturaleza, la ciudad abierta como arquitectura por fuera y Naturaleza, grandes espacios vacíos, agua y hierba, fuentes, jardines.
Lo artístico en parques cerrados y en la arquitectura por dentro. Yo retiraría escultura, monu­mentos, adornos, en la ciudad actual para que impresionara la presencia visible de una voluntad política de creación de un modelo experimental de ciudad en tradición nuestra

JORGE OTEIZA. “Unas observaciones para enfocar el problema Alhóndiga”. Periódico Bilbao 26 Nov 1988, Revista Kain, nº7, 1989.

Para saber más sobre el proyecto de Oteiza


















Callejeando bajo la lluvia, nos metemos por Gordóniz en vez de seguir por Iparraguirre. Aguanieve contra las fachas rojas. Los pequeños bares nos invitan a refugiarnos en ellos.


















Por la Alameda San Mamés volvemos hacia la Alhóndiga, a la esquina de Iparraguirre y Fernández de Campo Y seguimos "callejeando".























































































































domingo, 4 de marzo de 2012

Las fotos de la memoria de Bilbao que nadie quiere salvar

El Enlace: Diario El Correo - edición web: 
Las fotos de la memoria de Bilbao que nadie quiere salvar

Las fotos
La cita:

"La colosal tarea de proteger estos fondos del paso del tiempo, catalogarlos y ponerlos en valor no es algo que una persona pueda hacer en solitario. Las instituciones, sin embargo, no parecen interesadas en recoger el guante y salvar la obra de Germán Elorza, un pionero del fotoperiodismo que, como Agustí Centelles en Barcelona o Weegee en Estados Unidos, hizo de la calle su escuela y luego el aula desde donde sentar cátedra. Dos veces, en 1964 y 1966, sus fotos fueron seleccionadas entre las cien mejores del mundo por el prestigioso World Press Photo"
Sergio García, "SOS por la memoria de Bilbao", diario El Correo, edición impresa, sábado 3/3/2012



Artículos

La sección de Artículos de prensa se ha trasladado a



La sección de este blog LA CIUDAD SECRETA irá reuniendo (muy despacio) una colección de artículos (y fotos) dedicados a Bilbao.
La guía visual es una colección de series fotográficas y también de textos.

sábado, 3 de marzo de 2012

Germán Elorza, memoria de Bilbao


Clic sobre la imagen superior para activar el enlace con la galería fotográfica de 29 fotos de Germán Elorza que publica hoy en su web el diario El Correo.
En su edición impresa, aparece un reportaje dedicado al fotógrafo y a su legado. El titulo del reportaje, que firma Sergio García, es SOS POR LA MEMORIA DE BILBAO
Copio a continuación el primer párrafo:
"A Ricardo Elorza el trabajo le desborda, y eso que está jubilado. Es el custodio de un legado difícil de manejar, el que les dejó su padre a él y a su hermano después de una vida de reportero gráfico en el diario Hierro. Kilómetros de película que son historia viva de Bilbao y de la provincia. 200 placas de cristal y varios miles de fotografías".

jueves, 1 de marzo de 2012

Alhóndiga de Bilbao y Plaza Arrikibar

La antigua Alhóndiga municipal, hoy centro cultural Alhóndiga Bilbao, ocupa una manzana entera en Indautxu y separa el área del Ensanche decimonónico de lo que fue su ampliación más allá de la Alameda de San Mamés. El edificio tiene estructura de hormigón armado y se construyó con materiales modestos (ladrillo, piedra artificial, cayuela) porque eran baratos y fáciles de mantener. “El carácter de edificio mercantil ubicado en el centro de la ciudad se cuida con un detallado estudio de las fachadas, haciéndolo más atractivo que un simple almacén en las afueras de la Villa”, escribió el propio arquitecto Bastida en el proyecto. Las fachadas se  forman con tres elementos horizontales, se  separan entre sí mediante las torres de los ángulos y tienen, cada una, una portada que rompe un poco la horizontalidad dominante. La ornamentación se concentra en la parte de arriba. En cuanto al interior, se distribuyeron los espacios geométricamente y se ordenaron las plantas por superposición de elementos. Al parecer, Bastida hizo un estudio muy detallado de la funcionalidad del edificio y dividió la planta en tres amplias calles y una serie de andenes elevados, para facilitar el movimiento de las mercancías y la carga y descarga de los carros.
Fuente: Bilbao, Guía de Arquitectura. Autores: Bernardo I. García de la Torre, Francisco Javier García de la Torre. Primera Edición (1993)









Esta serie de fotografías están tomadas en febrero de 2012 en la plaza Arrikibar. Muestran la propia plaza, tras su remodelación como acceso al edificio, la entrada principal de la Alhóndiga y la fachada de Alameda de Urquijo que queda frente a la Plaza Bizkaia. Este tramo de la Alameda de Urquijo y la Plaza Bizkaia vista desde la Alhóndiga aparecen también al final de la serie. Haciendo doble clic sobre cualquiera de las imágenes, estas aparecerán en forma de presentación de diapositivas.